El uno por ciento de la población del mundo, en alguna parte de su joven adultez o niñez tendrá esquizofrenia. Esta enfermedad no le permite al enfermo tener una conexión verdadera con la realidad y vivirá alucinaciones auditivas o visuales, entre otros síntomas. A mediados del siglo XX, tener esta enfermedad era simplemente estar recluido de por vida en un psiquiátrico y vivir con unos limitados fármacos que simplemente no dejaban al paciente tener una vida normal. Incluso vivían tratamientos tan invasivos y dolorosos como la electro-convulsión y las lobotomías. Con el paso de las décadas los tratamientos mejoraron y los fármacos permitieron a la larga a un paciente tener una vida en parte normal, sin alucinaciones y sensaciones de persecución.
Dentro de las personalidades que tuvieron esquizofrenia está el matemático John Forbes Nash. Matemático, especialista en teorías de juego, geometría diferencial y ecuaciones en derivadas parciales. Laureado con el Premio Nobel de Economía en 1994 por sus aportes en las teorías de juegos y los procesos de negociación. Él a sus treinta años de edad tiene un brote psicótico que deriva a una esquizofrenia paranoide. Gran parte de su vida fue plasmada en la novela escrita por Sylvia Nasar, “A Beautiful Mind”. A la vez gran parte de esta novela es llevada al cine con el mismo título, obteniendo cuatro Premios Oscar, incluido a mejor película en 2001. Con Russell Crowe, siendo John Nash y Ed Harris, Jennifer Connelly, Paul Bettany y además Christopher Plummer en los papeles secundarios.
SINOPSIS:
Princeton 1947, la mítica Universidad de Princeton da la bienvenida a sus alumnos de doctorado en Virginia Oeste. Una bienvenida complicada para John Nash, por su personalidad retraída. Se presenta sorpresivamente Charles Herman (Paul Bettany), estando John Nash recién arribando y ordenando sus cosas en su habitación en Princeton. Este extraño compañero es un tipo más preocupado de la vida bohemia y de emborracharse. Conversando John Nash con su compañero de habitación, Nash le confiesa que no le agrada la gente y a la vez la gente no le es grato John Nash. Un gran cerebro, pero con la mitad de un corazón. Un tipo que llega ser desagradable al ser demasiado directo y racional, incluso con las chicas.
Pasan los meses y John Nash ha decidido no asistir a clases ni presentar ningún artículo de investigación. Se dedica a buscar una idea en matemática que le permita ascender. Encontrar esa idea matemática que lo distinga entre sus compañeros de doctorado en Princeton. Buscando esa idea original, realiza incluso cálculos matemáticos con los patrones de movimiento de las palomas del campus. Lo que necesita simplemente John Nash es un logro, para obtener un reconocimiento.
En una noche en el bar de la Universidad de Princeton sale a la mesa Adam Smith, el padre de la economía moderna quien dice que “En la competencia la ambición individual sirve al bien común”, pero para John Nash, Adam Smith necesita una corrección. Según él, “Si todos se lanzan a la chica rubia, ellos se bloquean uno al otro y ella no le hará caso a ninguno. Si tratan con las amigas de la chica rubia, ellas los ignorarán porque a nadie le gusta ser la segunda opción. Pero, ¿Qué tal si a nadie le importa la chica rubia? No se estorban uno al otro y no insultan a las demás chicas. Solamente así ganan”. Adam Smith dice que “el mejor resultado es producto de que cada uno en el grupo haga lo mejor para sí mismo”. Para John Nash eso está incompleto, porque “El mejor resultado es producto de que todos en el grupo hagan lo mejor para sí mismos y para el grupo”. Son las "Dinámicas Reguladoras", con esta nueva teoría se rompe una idea de más de ciento cincuenta años. Así, gana un puesto de trabajo como matemático en el Wheeler Institute.
Viajamos a 1953 y en una visita al Pentágono, John Nash ayuda a encontrar patrones matemáticos que son en realidad coordenadas en pleno territorio de Estados Unidos. Los militares no le comentan nada más, agradecen su ayuda y él ve a un extraño hombre observando sus movimientos. Con los días esta persona se presenta, se llama William Parcher (Ed Harris). Le dice a John Nash que los soviéticos están infiltrados en los Estados Unidos y se denominan “La Nueva Libertad”. Es una facción rebelde del Ejército Rojo y tiene en posesión una bomba atómica portable en suelo norteamericano. El trabajo de John Nash es descifrar patrones en periódicos y revistas en circulación. Estos medios de información le permiten a esta facción comunicarse entre ellos y el Ejército necesita John Nash para interceptar dichos mensajes.
Una tarde calurosa en una de las clases que evitaba constantemente John Nash hacer, nuestro protagonista conoce a Alicia Larde (Jennifer Connelly). Una alumna suya en el Wheeler Institute, quien toma la iniciativa en esta relación en la cual John Nash es de pocas palabras, pero muy directo y racional para entablar las relaciones amorosas. Ella es rara, al igual que John Nash y lo comprende y adora.
John Nash, al no tener padres ni familiares conocidos, es esencial para este trabajo para capturar comunistas. John Nash se vuelve loco con el tema de los soviéticos, y los patrones de comunicación en la prensa norteamericana. Se pone paranoico y cree que los rusos lo persiguen y vigilan. Parcher le indica a John Nash que sabia en lo que se metía y que la relación con Alicia es un impedimento para enfrentar este trabajo como agente secreto. Alicia observa y vive este comportamiento extrañísimo, raro e incongruente de John Nash y pide ayuda psiquiátrica.
Ya teniendo a John Nash internado en una institución psiquiátrica, se llega a la conclusión que él tiene esquizofrenia paranoide. El doctor dice que sus alucinaciones comenzaron en su postgrado en Princeton con su supuesto compañero de habitación, Charles Herman. Su psiquiatra investiga y descubre que Nash tenia una habitación individual en Princeton. John Nash piensa que su psiquiatra es un espía ruso y está detenido por ellos. William Parcher no existe. No existen las conspiraciones, es su mente. Nash está enfermo de esquizofrenia que es saber nulamente que es verdad o no. Imaginarse así de repente, enterarse que la gente, los lugares, los momentos para uno no desaparecieron, no murieron de verdad, realmente nunca existieron. Es algo sin solución. John Nash debe enfrentar sus demonios. Él piensa que sus alucinaciones las puede vencer con la racionalidad y simplemente ignorarlas. Los medicamentos no lo dejan hacer sus trabajos matemáticos, que es su pasión, cuidar a su hijo y tener una relación de pareja óptima con Alicia.
IMPRESIONES/CONCLUSIÓN:
A pesar que dentro de la crítica se habló que la película tenía ciertos errores históricos acerca de la vida de John Nash. Desde mi visión, es que esta película te permite percibir lo más cercano posible a lo que un paciente de esquizofrenia puede vivir. Además, de todo lo que acarrea y destruye en su vida familiar, amistades y vida laboral a una persona con esta enfermedad. Eso, para mí no es fácil llevarlo al cine, ya que implica meterse en la cabeza de un esquizofrénico y aquí es llevado de forma responsable y respetuosa. Logrado con creces, y nos permite ver como la genialidad de John Nash de enfrentar sus demonios y salir adelante. Lograr en parte, todo lo soñado y aún más.
Una película elegante, interesante y educadora. Es esencial para la gente que no sabe de lo que trata tener esquizofrenia paranoide y menos vivirlo a mediados del siglo XX. Grandes actuaciones de Russell Crowe y Jennifer Connelly. Una película que habla de algo que tocó la puerta de mi vida hace algunos años, que les permitirá a ustedes conocer acerca de esta enfermedad y más aún del grandilocuente John Forbes Nash. Muy Recomendable.
Tráiler:
FICHA TÉCNICA:
Año: 2001
Director: Ron Howard
País: Estados Unidos
Director: Ron Howard
País: Estados Unidos
Idioma: Inglés
Subtítulos: Inglés
Formato: DVD
Formato: DVD
Calificación: Muy Recomendable
