Nos habla de una misión científica hacia las tierras antárticas de un grupo de expertos en diferentes áreas de la Universidad de Miskatonic. La conformaban Pabodie, Lake (Doctor de Biología), Atwood (Físico y Meteorólogo), el narrador llamado Dyer (Geólogo y Jefe de la misión). Además un gran grupo de ayudantes, asistentes y perros para los trineos y así poder movilizarse en aquellas tierras gélidas. La Fundación Nathaniel Derby Pickman fue el benefactor de la misión que zarpó desde Boston el 1 de septiembre de 1930. Los barcos balleneros adaptados para que viaje a hielos eternos “Arkham”, capitaneado por J. B. Douglas, y “Miskatonic”, capitaneado por Georg Thorfinnsson.
Llegados a la Antártica desplegaron sus grupos de trabajo e investigación por estas vastas tierras. Una de las misiones, capitaneadas por Lake, enfiló hacia el sur en los aviones adaptados para tales viajes y vientos antárticos y se encontraron con una extraña y misteriosa cadena montañosa, desconocida hasta esa época, más alta que los propios Himalayas. Algo imposible, algo que no tenía parangón en la historia de la geografía y la exploración en la historia de la humanidad. Estos hombres fueron los primeros seres humanos en ver, descubrir aquellas montañas negras, misteriosas y llenas de misterio.
“10:05 de la noche. En vuelo. Tras rebasar la tormenta de nieve, hemos avistado una cadena montañosa delante de nosotros, más alta que ninguna otra que hayamos visto jamás. Quizás iguale al Himalaya si tenemos en cuenta la altitud de la meseta. Latitud aproximada: 76° 15’, longitud 113° 10’ E. Se extiende hasta donde alcanza la vista, tanto a derecha como izquierda. Creo que hay dos cráteres humeantes. Todos los picos son negros y no tienen nieve. Las tormentas que soplan sobre ellos les impide sobrevolar.”
Lake por medio de la radio se comunicó con la base más al norte y les envió esta desconcertante información:
Lake se comunicaba por medio de notas que eran enviadas por radio:
“Parece indicar, como yo sospechaba que la Tierra ha sido testigo de un ciclo o varios ciclos de vida orgánica anteriores al que conocemos y comienza con las células agnostozoicas. Evolucionó y se especializó no más tarde de hace mil millones de años, cuando el planeta era joven y, hasta hacía poco tiempo, inhabitable para cualquier forma de vida o estructura protoplasmática. Surge la pregunta de cuando, donde y como aconteció tal desarrollo”
“Más tarde. Al examinar ciertos fragmentos de esqueletos de grandes saurios terrestres y acuáticos y de mamíferos primitivos encuentro extrañas heridas o traumatismos locales en la estructura ósea que no cabe achacar a ningún animal predatorio o carnívoro conocido de periodo alguno. Son de dos clases, punciones directas y penetrantes e incisiones más largas y constantes. Dos o tres casos de huesos limpiamente seccionados. Pocos ejemplares de las muestras. He mandado traer linternas eléctricas del campamento. ampliare la zona exploratoria subterránea cortando estalactitas.”
Al continuar con la excavación, se encontraron con los fósiles de seres primigenios, especialmente a los Primordiales del Necronomicon. Incluso se han conseguido muestras orgánicas en perfecto estado y con todos sus apéndices. Se ha descubierto que de seguro estos seres causaron heridas o traumatismos locales a los seres vivientes de su misma época. Se deben de alejar de los perros que no soportan la presencia de estas muestras orgánicas. La descripción de aquellos seres es la siguiente:
“Los objetos tienen una longitud total de ocho pies. El torso, en forma de barril, con cinco protuberancias, de seis pies de longitud, tres pies y cinco décimas de diámetro central y un pie de diámetro en los extremos. Gris oscuro, flexible y extraordinariamente duro. Alas membranosas de siete pies de longitud y del mismo color, que encontramos plegadas, salen de los surcos entre protuberancias. La estructura de las alas es tubular o glandular, de un color gris más claro, con orificios en las puntas. Las alas extendidas tienen los bordes serrados. En torno al ecuador, en el centro de cada una de las cinco protuberancias verticales a duelas de barril, hay un sistema de brazos o tentáculos gris claros y flexibles, que encontramos fuertemente plegados contra el torso, pero se puede extender hasta una longitud máxima de más de tres pies. Se asemejan a los brazos de los crinoideos primitivos. Tallos sencillos de tres pulgadas de diámetro se ramifican a una distancia de unas seis pulgadas en otros cinco tallos, cada uno de los cuales se subdivide al cabo de ocho pulgadas en pequeños tentáculos o zarcillos ahusados que dan a cada tallo un total de veinticinco tentáculos.
“En la parte supterior del torso un cuello romo, bulboso, de color gris claro con indicios de algo que se asemeja a branquias, sostiene lo que parece ser una cabeza amarillenta con forma de estrella de mar cubierta por pelillos o cilios muy recios de varios colores elementales.”
“Cabeza, gruesa y como hinchada, mide unos dos pies de un extremo a otro con tubos amarillentos y flexibles de unas tres pulgadas que salen de cada punta. Hendidura en el centro exacto de la parte superior, probablemente un orificio de respiración. En el extremo de cada uno de los tubos, abultamiento esférico en donde la membrana amarillenta se repliega al tocarla, dejando ver un globo vidrioso irisado y rojizo, evidentemente un ojo.”
“Cinco tubos rojizos algo más largos salen de los ángulos internos de la cabeza estrellada y terminan en partes hinchadas del mismo color, semejantes a bolsas que, al apretarlas, se abren y muestran orificios con forma de campana de dos pulgadas de diámetro como máximo recubiertos de salientes afilados, blancos y semejantes a dientes - probablemente bocas. Todos estos tubos, cilios y puntas de la cabeza estrellada los encontramos firmemente plegados, con los tubos y las puntas fuertemente adheridos al cuello bulboso y al torso. La flexibilidad es sorprendente a pesar de la extraordinaria dureza.”
“En la parte inferior del torso hay una reproducción más primitiva de la cabeza con funciones distintas. Un falso cuello bulboso de color gris claro, sin branquias rudimentarias, sujeta uanestructura verdosa en forma de estrella de mar de cinco puntas.”
Es parte de la extensa descripción de Lake sobre el grupo de seres y muestras orgánicas en perfecto estado encontradas. Lake no sabía si pertenecía al reino animal o vegetal, pero las probabilidades están ahora a favor de su animalidad. Le llaman la atención de su estructura alada en vista del probable hábitat marino, pero puede que fuera utilizada para la navegación acuática. Lo difícil fue llevar catorce enormes ejemplares al campamento sin los perros, que ladran frenéticamente y no se les puede dejar cerca de ellos. Se realizó la disección por parte de de Lake de un uno en el laboratorio levantado en el campamento, pero resultó imposible hacer una disección escrupulosa o exacta con unos instrumentos casi incapaces de cortar aquello anómalos tejidos, pero lo poco que se consiguió nos dejó asombrado y estupefactos. Tenía un sistema respiratorio variado según la condición en que se encontraba y un sistema nervioso complejo, un cerebro de cinco lóbulos, avanzado y seguro tenía más de cinco sentidos de la percepción de la realidad. Incluso podría tener un sistema fonatorio y se podía comunicar por medio de notas musicales. Lake de seguro dijo que lo que había encontrado eran “Los Primordiales”.
La casa maldita
La curiosidad de nuestro personaje desde su juventud es de investigar en una casa ubicada en Providence y que el mismo Edgar Allan Poe merodeaba décadas atrás. Una casa abandonada y en ruinas que en el pasado había existido de forma macabra, fría y mortal. Muchos habitantes de aquella construcción habían muerto víctima de enfermedades y deterioro mental. Una casa que por supuestamente condiciones causaba tales desgracias. En especial en aquel sector de la ciudad llamaba la atención ya que en las casas vecinas a aquella construcción no sucedía lo mismo y sus habitantes vivían en paz y armonía. En la actualidad nuestro protagonista habla de una casa en ruinas, pálida, llena de una vegetación moribunda y en un espacio que ni los pasajeros a ser viviente se pasaba y vivía. Esta casa mantenía sus paredes descoloridas, ruinosas, suciedad y telarañas. Además de muebles destruidos. Era todo abandono y llamaba la curiosidad a la gente que caminaba y vivía por esta zona de Providence.
Los sueños de la casa de la bruja
Título: En las montañas de la locura y otros relatos
Autor: H. P. Lovecraft
Originalmente publicado: 1931
Idioma: Español
Formato: ebook
ISBN: -
Páginas: 213 páginas
Calificación: Muy Recomendable