jueves, 6 de agosto de 2020

Libro: Daniel Matamala - 1962, El Mito del Mundial Chileno

Siempre la Copa de Mundo de Futbol de Chile 1962 se ha relatado con romanticismo y con tintes casi épicos, ya desde su organización, realización y por la obtención del tercer lugar por parte de la selección chilena de fútbol. La frase "Porque no tenemos nada, queremos hacerlo todo" supuestamente dichas por Carlos Dittborn, simplemente son un invento posterior a la obtención del mundial chileno. Comienza así este libro, escrito por el periodista Daniel Matamala, que saca a la luz los mitos, mentiras y verdades ocultas u olvidadas por el paso de las décadas de este evento deportivo. Uno de los más importantes en la historia de Chile.

¿Cómo nace la idea de organizar la Copa del Mundo de Futbol en Chile? Nace de la mano de Ernesto Alvear, quien basándose en su viaje como presidente de la delegación de futbol chilena en los Juegos Olímpicos de Finlandia y con el asombro que le causó que un pequeño país europeo organizara el principal evento multideportivo del mundo. Cambio Finlandia por Chile, cambio Juegos Olímpicos por Copa Mundial de Futbol. Desde ahí los dirigentes del futbol Carlos Dittborn y Juan Pinto Duran hicieron viajes alrededor del mundo para ganarse los votos necesarios para la impensada candidatura chilena. Viaje a viaje, reunión tras reunión que mediante a negociaciones logró los votos necesarios. Además, que se peleó por la necesidad del voto a viva voz en vez de secreto. Sabían si el voto era secreto, Argentina se haría del mundial principalmente por su infraestructura de estadios y hotelería. Pero ocurre la hecatombe social y política en Argentina que causa que los votos finales, en parte, vayan a Chile y muchas existan muchos votos de abstención.  Al final, el trabajo de Carlos Dittborn, Juan Pinto Duran y más la ayuda de Juan Domingo Perón en Argentina causará que Chile basándose en promesas y verdades político-sociales logrará el Mundial de Futbol de 1962.

La noticia llega a Chile, pero no es más que una simple alegría. Solo celebraciones de circulo personal y dirigencial de Carlos Dittborn y Juan Pinto Duran. Se reúnen con las máximas autoridades políticas del país y tienen mucho en que trabajar. Principalmente en formar una base sólida de jugadores, ya que problemas disciplinarios en un Sudamericano en Lima, lleva a Carlos Dittborn contactarse con Fernando Riera para que comience el descarte de jugadores y forme una selección de proyección local y se convierta así en el entrenador de la selección adulta de Chile para la cita planetaria de 1962.   

Fernando Riera trabaja formando diferentes seleccionados. Visitando los estadios de Chile y con su libreta subiendo y bajando jugadores en sus apuntes. Toma la selección del sudamericano juvenil y fue un fiasco. Así vinieron más derrotas y fracasos estando él en la banca. Pero se trabajaba en un proceso serio por parte de Fernando Riera para lograr la selección definitiva para ese lejano en el tiempo Mundial de 1962. Llega el primer apronte oficial con la selección adulta en el sudamericano de Argentina y logra los cinco puntos planteados en un inicio lograr y además deja nombres para sumar en los próximos partidos y hay descartes para siempre en la selección adulta. Enrique “Cuá Cuá” Hormazábal fue uno de ellos. Fernando Riera buscaba un futbolista serio, atlético y disciplinado; todo los que Enrique Hormazábal no era, quien corría poco en cancha, obeso y una vida licenciosa. Uno de los mejores futbolistas de la historia de Chile fuera del seleccionado por tener un encontrón con Riera por no viajar en avión a La Serena en un amistoso de preparación. Así era Fernando Riera. Lo corto para siempre.  

Dentro del mundo dirigencial, Chile se las arregló para que el Mundial por 1962 no les sea arrebatado. Incluso sin cumplir con ninguna de sus obligaciones como futura sede de la cita mundialista. Solo promesas, reuniones y cartas comprometiéndose falsamente cumplir con este mundial. Finalmente los recibe a el presidente de la Republica Jorge Alessandri, máxima autoridad que no le interesa nada el futbol. Quien se compromete fríamente como ingeniero cumplir ciertas promesas. Carlos Dittborn negocia con la FIFA, ya que quiere que se juegue el mundial en septiembre, pero los equipos europeos se niegan por no querer retrasar el inicio de sus ligas locales. Se juega no antes del 15 de mayo y se debe jugar la final no después del 15 de julio.

Fernando Riera, luego de recibir goleadas de Argentina y Brasil, recibe la ayuda de Sergio Livingstone y de forma burlona logra ganar su primer partido a los argentinos en la despedida del legendario golero nacional. Sera la cuenta de ahorro de Fernando Riera para afrontar la ansiada gira por Europa. Gira a Europa que estadísticamente no trae réditos a los de Riera, pero causa un impacto ya que los jugadores se dan cuenta que los europeos son terrenales ahora en ojos de ellos. Además de que hay que trabajar mucho en lo táctico y físico para jugar con las grandes potencias europeas para no morir en el intento. Muchos de los que fueron a la gira no entrarían en la nómina final de dos años después, pero en parte la base de la defensa estaba armada y ciertos nombres descartados para siempre. 

El 22 de mayo de 1960 se vino abajo el sur, se vino abajo el mundial de las nueve sedes, y se tambaleó hasta trisarse la pauta de Fernando Riera, ya que estuvo punto de ser despedido. Los clubes de primera y la dirigencia no lo querían en el cargo por los malos resultados. Pero por las medidas de la directiva de la ANFP se salvó.  El terremoto de Valdivia de 1960 causó que Carlos Dittborn quemará sus naves prontamente. Sin el dinero de la Ley Frei, sólo los 1.000 millones para mejorar el Estadio Nacional, Carlos Dittborn tuvo que moverse rápido. En verdad demasiado rápido buscando cuatro sedes para los cuatro grupos. Consigue a Viña del Mar, Rancagua y Arica como subsedes y la sede central Santiago. El fin, que cada una de las sedes les resulte cero pesos para el Estado y la organización del mundial. Que le aseguren un estadio con los estándares mínimos FIFA de la época sin importar la hotelería ni infraestructura vial de las ciudades sedes. 

Además, las cuatro sedes elegidas terminaron sus obras semanas, incluso días antes del mundial. Pensando que las obras de los estadios que no eran sedes y que se habían postulado estaban listos para ser usados. Carlos Dittborn de manera desconocida se encapricho con estas cuatro sedes no permitiéndole al resto del país disfrutar del mundial, ya que en aquellos años viajar de una región a otra era muy costoso, no había televisión y la radio no tenía la cobertura total nacional.  

Es 1962 y Fernando Riera logra tener el equipo listo para el Mundial. Mejora su rendimiento futbolístico, con muy bueno resultados en sus amistosos. Logra llenar los puestos en cancha y con amistosos con clubes extranjeros afina los detalles para ya en 1962 concentrarse de forma extensa. Así formando lazos inquebrantables entre los jugadores elegidos. Estaban afiatándose los “Muchachos de 62” en cancha y fuera de ella.

Hasta que llegó el día de la inauguración, pero faltaba lo principal: la pelota. Estaba todo listo en la cancha y no estaba la esférica en la cancha. Al final tuvieron que hacerse esfuerzos de última hora para obtener un balón de fútbol para comenzar el duelo inaugural entre Chile y Suiza.

Otra parte que destaca este libro es la excesiva violencia dentro de la cancha. Jugadores fracturados y verdaderas batallas campales en los primeros partidos. La prensa internacional habló de una "ensalada de golpes salvajes", "extraordinaria violencia y brutalidad". Destacando la "Batalla de Santiago", donde el partido de Chile-Italia fue descabellado y vergonzoso en violencia y malas prácticas deportivas en cancha. Todos recuerdan el combo de Leonel Sánchez en este partido, como uno de los símbolos de este mundial.

Libro que me permitió enterarme de forma detallada todas las aristas de la organización y realización de este magno evento deportivo. Muchos mitos derribados y afloran esas verdades desconocidas por mantenerse ocultas y borradas por el paso de los años. Daniel Matamala hace un trabajo detallado para que por medio de los hechos y la estadística nos hable de la verdad de este Mundial. El último mundial de futbol con tintes amateur que existió en la historia.  Un trabajo de investigación extenso que nos habla de este mundial violento en cancha, con falta de profesionalismo y rayando lo ilegal en ciertas acciones dirigenciales. Para conocer más sobre este suceso generacional en Chile, desde un punto de vista objetivo y documentado, cumple en describir el antes-durante-después. Daniel Matamala nos habla de lo que sucede dentro de la cancha en este mundial, con sus figuras que corrieron por las canchas nacionales. Los partidos más importantes basándose en la prensa escrita de la época y el relato de los protagonistas. Un análisis acabado del dicho evento deportivo con estadísticas y hechos acabados. Altamente recomendado a los amantes del balompié e de la historia contemporánea de Chile. Muy recomendable.

Título: 1962, el Mito del Mundial Chileno
Autor: Daniel Matamala
Originalmente publicado: 2010
Idioma: Español
Formato: Físico
ISBN: 978-956-304-076-0
Páginas: 496 páginas
Calificación: Muy Recomendable