“y la compañera del salvador es María Magdalena. Cristo la amaba más que a todos sus discípulos y solía besarla en la boca. El resto de discípulos se mostraban ofendidos por ellos y le expresaban su desaprobación. Le decían ¿Por qué la amas mas a que a todos nosotros?"
La idea de una posible descendencia de Jesús y el verdadero rol de María Magdalena durante la vida pública del Salvador y de su papel después de la muerte de Cristo ha llamado la atención de las personas luego de esta obra de Dan Brown. Un personaje de la historia y de las artes como Leonardo Da Vinci que por medio de sus pinturas, en que tuvo María Magdalena, en este libro, de la que se habla tenía una gran importancia para Jesús. Que incluso fue su esposa y madre de una hija. Posterior a la muerte de Jesús, huyó a Europa, específicamente a Francia, y mantuvo las enseñanzas de su esposo-maestro. Posteriormente en el primer Concilio de Nicea, donde se le dio la imagen de divinidad y la aceptación de ser el hijo de dios a Jesús, la imagen María Magdalena fue destruída y fue bajada a la categoría de una simple seguidora, y denostada como una prostituta arrepentida. El rol femenino dentro del cristianismo no existía.
Volviendo a la trama de esta obra de Dan Brown, dentro de las historias que tratan la protección a la presunta descendencia de Jesús y a María Magdalena, permite el nacimiento con los siglos de El Priorato de Sión. Según Dan Brown, sociedad secreta europea fundada en 1099 que se encarga supuestamente de proteger los documentos y los tesoros que se relacionan a la descendencia de Jesús y María Magdalena. En 1975, en la Biblioteca Nacional de París se descubrieron unos pergaminos conocidos como “Les Dossiers Secrets”, en los que se identificaba a numerosos miembros del Priorato de Sión, entre los se destacaban Isaac Newton, Sandro Botticelli, Victor Hugo y Leonardo Da Vinci.
Este último, Leonardo Da Vinci, tiene relación con este libro del cuál hablaremos, y lo que es la búsqueda y el real significado del santo grial y la supuesta descendencia de Jesús de Nazaret. Sólo esta información en la novela de ficción de Dan Brown abre un mundo de conspiración que causa un revuelo. Hablar sobre la posible descendencia de Jesus, que hay sociedades secretas que se preocupa de resguardar ese secreto y otras agrupaciones que tratan de destruir esta información por el miedo de hacer añicos los cimientos de la Iglesia Católica por su importancia histórica, por el poder de esta supuesta verdad.
El autor sitúa al ya conocido profesor, investigador y experto de simbología Robert Langdon en París por motivos académicos. Una noche recibe la misteriosa llamada de la policía la cuál lo envía al Museo de Louvre a solucionar en parte el misterio de la muerte de Jacques Sauniere, quien estaba considerado como el mejor iconógrafo mundial especializado en diosas. No era sólo que sintiera una pasión personal por conservar piezas relacionadas con la fertilidad femenina, sino que durante los veinte años se mantuvo en su cargo de conservador de este afamado museo y que contribuyó a que el Louvre lograra tener la mayor colección del mundo sobre divinidad femenina.
En los instantes finales, el conservador se había despejado de la ropa y se había colocado en una postura que era la clara imagen de “El hombre de Vitruvio”, de Leonardo Da Vinci. Sauniere compartía gran parte de su espiritualidad con Da Vinci, incluida su preocupación por la represión que la Iglesia hace de lo sagrado femenino en la religión moderna. Su herida mortal a bala había sangrado muy poco. Había mojado con su sangre el índice de la mano izquierda y había dibujado un sencillo símbolo sobre su piel; cinco líneas rectas que, en la base de intersecciones formaban una estrella de cinco puntas. Un pentáculo. Uno de los símbolos más antiguos de la Tierra. Ya se usaba 4.000 años antes de Cristo. El pentáculo es un símbolo precristiano relacionado con el culto a la naturaleza. Los antiguos dividían el mundo en dos mitades: la masculina y la femenina. El yin y el yang. Cuando lo masculino y lo femenino estaban equilibrados había armonía en el mundo. Cuando no, reinaba el caos.
El pentáculo de Sauniere representa la mitad femenina de todas las cosas, un concepto religioso que los historiadores de la religión denominan “Divinidad femenina” o “Venus divina”. En su interpretación más estricta el pentáculo representa a Venus, la diosa del amor sexual femenino y de la belleza. Las religiones de los primeros tiempos se basaban en el orden divino de la naturaleza. La Diosa Venus y el planeta Venus eran lo mismo. La diosa ocupaba un lugar en la bóveda celeste nocturna y se la conocía por multitud de nombres - Venus, la estrella del oriente, Ishtar, Astarte - todos ellos conceptos del gran poder femenino y de sus vínculos con la naturaleza y la Madre Tierra. El planeta Venus trazaba un pentáculo perfecto en la eclíptica cada ocho años. La primera iglesia católica romana alteró el significado del pentáculo. Como parte del plan de erradicar las religiones paganas y convertir a las masas al cristianismo, la iglesia inició una campaña denigratoria contra los dioses y diosas paganos, identificando sus símbolos divinos con el mal.
Robert Langdon es presentado a la criptografía Sophie Neve. Ella pone en alerta a Robert Langdon, ya que le dice que es él único sospechoso del crimen. Además le confiesa que el conservador asesinado era su abuelo. Dice que el mensaje dejado es para ella. En el asesinato de Sauniere está involucrado el mismo Opus Dei, utilizando un sicario para asesinar a los lideres de este Priorato de Sion, para que entregaran la verdad del paradero del santo grial. Opus Dei, que significa: “La Obra de Dios”, es una congregación fundada en 1928 por el sacerdote español Josemaria Escrivá, promovió el retorno a los valores conservadores a sus miembros realizando sacrificios drásticos en sus vidas para hacer la “Obra de Dios”. El Opus Dei era la organización católica con un mayor índice de crecimiento, así como la más sólida en términos económicos. Esto le permitió ideologizar a este sicario y él asesina a los líderes del Priorato de Sion fríamente, incluido a Sauniere.
Dan Brown nos habla por medio del personaje de Robert Langdon que la Biblia es un producto del hombre. No de Dios. La biblia no cayó de las nubes. Fue el hombre quien la creó para dejar constancia histórica de unos tiempos tumultuosos, y ha evolucionado a partir de innumerables traducciones, adiciones y revisiones. La historia no ha contado nunca con una versión definitiva del libro. Que Jesus fue una figura histórica de inmensa influencia, tal vez el líder más enigmático e inspirador que ha tenido nunca la humanidad. En tanto que encarnación mesiánica de las profecías, Jesus derrotó a reyes, inspiró a millones de personas y fundó nuevas filosofías. Como descendiente de la familia del rey Salomón y el rey David, Jesus estaba legitimado para reclamar el trono de monarca de los judios.
Además agrega, con cierta información errónea, que para la elaboración del Nuevo Testamento se tuvieron en cuenta más de ochenta evangelios, pero sólo unos acabaron incluyéndose, entre los que estaban los de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. La Biblia tal como la conocemos en nuestros días, fue supervisada por el emperador Romano Constantino el Grande, que era pagano. En tiempo de Constantino, la religión oficial de Roma era el culto al Sol, al Sol Invictus, el Sol Invencible, y Constantino era el sumo sacerdote. Nada en el cristianismo es original. El dios precristiano Mitras, llamado “hijo de dios y luz del mundo”, nació el veinticinco de diciembre, fue enterrado en una tumba excavada en la roca y resucitó al tercer día. Nació el 25 de diciembre al igual que Osiris, de Adonis y de Dionisos. Constantino subio de categoria a Jesus cuatro siglos después de su muerte, así no solo se sofocaban posibles amenazas paganas al cristianismo, sino que los seguidores de Cristo sólo podían redimirse a través de un canal sagrado bien establecido: la Iglesia Catolica Apostolica y Romana. Volviendo a Constantino, él encargó y financió la redacción de una nueva biblia que omitiera los evangelios en los que se hablara de los rasgos humanos de Cristo y que exagera los que lo acercaban a la divinidad. Y los evangelios anteriores fueron prohibidos y quemados.
Volviendo a Da Vinci y su obra “La Última Cena”, todos los apóstoles tenían una copa delante que en realidad eran unos vasos de vidrio muy pequeños sin pie. En aquel fresco no había cáliz. No había Santo Grial, la iglesia considera que es el momento de la entrada a escena del cáliz sagrado. La leyenda del Santo Grial es un cáliz, una copa. Es una alegoría para proteger la verdadera naturaleza del santo grial. Es una mujer, es el símbolo de la feminidad, de la divinidad femenina y la diosa ha sido suprimida de raíz por la Iglesia. El poder de la mujer y su capacidad de engendrar vida fueron en otro tiempo algo muy sagrado, pero suponía una amenaza para el ascenso de una Iglesia de hombres, masculina. La divinidad femenina empezó a demonizar y a considerar impura. La mujer, antes sagrada y engendradora de vida, se convirtió así en el enemigo. - El grial - simboliza a la diosa perdida. Las antiguas religiones paganas no desaparecieron de la noche a la mañana: Maria Magdalena no era lo que se dice. Es una campaña de desprestigio lanzada por la Iglesia en su primera época. Difamar a Maria Magdalena para poder ocultar su peligroso secreto. Su papel como Santo Grial. Jesus y Magdalena eran pareja.
Robert Langdon se atreve a decir y explicar que no fue Pedro a quien Jesus encomendó crear la Iglesia Cristiana. Fue a Maria Magdalena. Jesus era feminista, pretendia que el futuro de su Iglesia estuviera en manos de Maria Magdalena. La leyenda del Santo Grial es una leyenda sobre la sangre real. Maria Magdalena era el Santo receptáculo, era el cáliz que contenía la sangre real de Jesus. Desde el vientre de perpetuar el linaje, y el vino que garantiza la continuidad del fruto sagrado.
Santo Grial viene de Sangreal. La connotación de secretismo que tenía la rosa no era el único motivo por el que el Priorato la usaba como símbolo del grial. La rosa rugosa, una de las especies más antiguas, tenía cinco pétalos y una simetría pentagonal, igual que la estrella de Venus, lo que la vinculaba estrechamente con lo femenino. Además la rosa está relacionada con el concepto de “dirección verdadera” y búsqueda del propio camino. Por eso, la rosa era un símbolo que representaba al grial en muchos niveles - secretismo y feminidad, guia - el cáliz femenino y la estrella que servía de guía para alcanzar la verdad secreta.
Sophie Neve, quien en un verano cuando aún estudiaba, viajó a las tierras de su abuelo Sauniere. Vio una escena dantesca, muy fuerte para esta joven. Quien rápidamente decide no entablar una relación con su abuelo. Sauniere trata de todas las formas justificar lo que estaba haciendo. Lo que Sophie vió fue el Hieros Gamos, algo que no tenía que ver con erotismo. Se trataba de un acto espiritual. Históricamente el acto sexual era una relación a través de la que el hombre y la mujer experimentaban a Dios. En la antigüedad se creía que el hombre era espiritualmente incompleto hasta que tenía conocimiento carnal de la divinidad femenina. La unión física con la mujer era el único medio a través del cual el varón podía llegar a la plenitud espiritual y alcanzar finalmente la gnosis, el conocimiento a lo divino. Desde los días de Isis, los ritos sexuales se consideraban los únicos puentes que tenía el hombre para dejar la tierra y alcanzar el cielo. En la antiguedad el sexo se veia de una manera totalmente opuesta a la nuestra. El sexo engendraba vida, el milagro más extraordinario, y los milagros los hacian solo los dioses. La capacidad de la mujer para albergar vida en su seno la hacía sagrada, divina. La relación sexual era, así, la unión de las dos mitades del espíritu humano, la masculina y la femenina, a través de la cual el hombre podía hallarla plenitud espiritual y la comunión con Dios. Lo que vio Sophie no tenia que ver con sexo, sino con lña epiritualidfad. El ritual del Hieros Gamos no es una perversión. Es una ceremonia profundamente sacrosanta.
Un libro lleno de historias de sociedades secretas, de poderes ocultos del Vaticano, de traiciones de cercanos a Robert Langdon, que buscan al igual que ellos el Santo Grial. Es un libro vertiginoso, en el cual utiliza la trama común de Dan Brown: lugares históricos, información histórica en ocasiones errónea y el ir de un lugar a otro para obtener pistas que nos entregan la verdad al final de la obra. Si me causa curiosidad lo relacionado a Maria Magdalena y su real papel. Además otra duda ¿Realmente existió Jesús? o es un invento o las historias de varios hombres dentro de uno solo. Debemos decir que Jesus fue un ser terrenal y el Emperador Constantino, que era pagano, citó a líderes religiosos para poner orden y lineamientos a esta religión que crecía día a día. Darle la divinidad a Jesus, que es parte de la Santísima Trinidad: padre-hijo-espíritu santo. Además de elegir los textos bíblicos que compondrán la Biblia o algo cercano a ella, que en sí ha sufrido modificaciones en el paso de los siglos.
Esto es parte de esa histórica que se han perdido en las arenas de los siglos que han pasado. Dan Brown, nuevamente hace un tema famoso, aunque sí existieron otros autores que hablaron de esto, llevándolo incluso a juicios en los cuales lo acusaban de plagio. Uso esta información, más un par de personajes ficticios atrayentes y una trama similar a la obra en la cual también trabaja Robert Langdonen su obra anterior “Angeles y Demonios”. Fue divertido leerlo, pero hay errores históricos. Incluso se escribieron libros para destripar este libro y enrostrarle en la cara los errores históricos a Dan Brown. Él mantuvo el silencio y sus libros se vendían y vendían cada vez más. Abre caminos para investigar otras obras que hablen de este Jesus, Maria Magdalena y el Priorato de Sion. Obra recomendable.