Irina Bazili, joven veinteañera que llega a la residencia de ancianos de “Lark House” a trabajar como asistente de los viejitos que viven en aquellos edificios. Trabajo no muy complicado, pero de responsabilidad al ser una ayuda vital a los adultos mayores que necesitan asistencia y acompañamiento en sus compras y trámites. Viven ancianos de escasos recursos y de pensamiento social y político de izquierda y progresivos. Irina se gana el cariño de los ancianos en todas las secciones con su trabajo responsable y dedicado. Ve a los abuelos de “Lark House” como un reflejo de los suyos que dejó en la lejana Moldavia.
Un anciano se enamora de Irina y le hereda sus ganancias de toda una vida. En vez de despedirla es contratada de forma fija y con un mejor salario. Este loco amor platónico de este anciano y el desinterés de la joven por lo material y la herencia trajo cosas muy positivas a su vida.
Irina conoce a Alma Belasco, una anciana muy independiente y con apariencia muy fina y formal. Algo muy diferente a los habitantes de “Lark House”. Alma se interesa por esta joven de Moldavia y la contrata como su asistente. Poco a poco Irina conoce la vida de su jefa, su presente adinerado y alejado de las luces y su pasado enfrentado a un amor imposible.
Alma Belasco viene arrancando de los conflictos bélicos de Europa a principios del siglo XX. Sus padres la envían a Estados Unidos, específicamente a California donde una hermana de su madre vive. Luego de un largo viaje y de llorar noche tras noche por dejar a sus padres, Alma retoma su vida ya en California y conoce a Ichimei Fukuda, hijo del jardinero de la gran casa, quien trabaja junto a su padre de manera disciplinada y con dedicación en el vasto jardín. Poco a poco entre juegos de niños se van conociendo y compenetrando.
Alma, su primo Nathaniel Belasco e Ichimei comparten juegos de infancia, y así Alma olvida los terrores de la guerra en Europa y la suerte macabra de sus padres. Poco a poco Alma e Ichimei se compenetran, conocen y crecen de la mano.
Así, Irina descubre paso a paso la vida pasada de Alma, le ayuda el nieto Seth Belasco, y recopilan información y ordenan viejas fotografías de la vida de Alma y la familia Belasco.
Ichimei y su familia viven los resquemores de la Segunda Guerra Mundial y son considerados peligro para la seguridad nacional y llevados a campos de concentración en los desiertos de EE.UU. Ellos, en Topaz. Así estuvieron durante el transcurso de la guerra viviendo como prisioneros. Ichimei manda dibujos a Alma, que pasaban la censura sin problemas, y le relataba la vida en aquel inhóspito y atiborrado lugar. Terminada la guerra los Fukuda parten a Arizona, donde Ichimei trabaja en un cultivo de remolacha. Los Fukuda habían perdido todos los beneficios, tierras y dinero. Tienen que comenzar de cero y son muy pobres.
Nathaniel Belasco se fue a Boston a estudiar leyes en Harvard y Alma tiene después que viajar a la misma ciudad a estudiar. Luego de un tiempo duro de adaptación decide estudiar arte y diseño. Su idea era transformarse en una artista exclusiva y trabajar por su arte, no por la necesidad de dinero, que a sus tíos les sobraba. Pero en su corazón a pesar de haber pasado más de diez años esperaba con paciencia a Ichimei Fukuda.
Aparece Ichimei Fukuda recuperando la katana de su familia enterrada en el jardín de los Belasco. Además recupera lo perdido por su padre y el amor insaciable de Alma. Ella decide quedarse en California con Ichimei. Cada uno hace su vida, pero al anochecer se juntan en un motel de mala muerte a desatar su amor el uno por el otro. Son meses hermosos para Alma e Ichimei. Meses de amor, amor que estuvo encerrado por años y que vuelve a la vida.
Los meses de amor con Ichimei acaban en el embarazo de Alma. Ella, con miedo, decide no dejar su vida de lujos y comodidades y así alejarse de su amado. Luego de un intento de aborto, Nathaniel decide casarse con su prima Alma. Ella le comunica a Ichimei, excusándose que su relación secreta ya no daba para más y le tenía los nervios de punta. Además le dijo que se partiría a Londres a continuar sus estudios de artes.
Al final ese niño que iba a terminar en un aborto, termina uniendo a Alma y Nathaniel como esposo. Ella le juró fidelidad y él a ella. Tienen una relación de amistad profunda. Ese niño de Ichimei nunca nació, muere meses después por perdida. A raíz de esto y de una forma de sacarse los malos momentos deciden viajar a Europa y ahí conciben a su hijo Larry. Aunque cada uno de ellos, Alma y Nathaniel, vivían sus vidas separadas. Viajes y negocios. Artes y abogacía.
Ichimei comienza su peregrinación por Japón para honrar a sus descendientes y encontrar su camino y esposa. Emprenden un viaje sin nada, un caminar y caminar por pagodas y los hermosos paisajes del Japón. Así sacó lo oscuro de su alma, la pena y la rabia por el amor no correspondido de alma.
Las historias del pasado indican que de forma irregular continúan viéndose y amándose Alma e Ichimei. Vemos como cada relación de amistad y cariño que Alma tiene, se relaciona con su vida pasada. Ella, aceptando el dolor de la pérdida, despojándose de lo material y preparándose para el paso a la otra vida, la otra realidad, la muerte. Así poco a poco sabemos porque decide irse a “Lark House”, cerrar su taller de arte y atesorar día a día sus recuerdos con Nathaniel Belasco y su amado Ichimei.
Isabel Allende nos invita a adentrarnos en la mente, espíritu y corazón de una anciana, Alma, y así entender esta etapa final de la vida que todos viviremos. Los miedos y dolores de esta etapa en el cual estás encerrado en un cuerpo deteriorado y una sensación de dolor desde el despertar hasta dormir. Como hacer llevadero aquellos años. Alma nos enseña, a aprovechar la vida, a disfrutarla con la amistad, el compañerismo y el amor a los seres queridos. El amor hace más llevadero los días a esta longeva mujer, llena de historias y secretos que se van revelando poco a poco a la curiosa Irina y su querido nieto Seth. Su amor eterno a Ichimei, va más allá de esta realidad. Un amor que existe en el presente, pasado y futuro. Por siempre.
Isabel Allende nos entrega una obra madura, bien construida y de pasajes muy emotivos. La vejez, y una forma de vivirla de manera digna y llena de amor. Nos invita por medio del amor, a hacer más llevadera esta vida. A disfrutar y emocionarse con la relación de amor y pasión entre Alma Belasco e Ichimei Fukuda. El concepto de ese gran amor que cada uno de nosotros alguna vez tenemos en vida. Puede que el destino y la vida haya querido separar a dichos amantes, pero ese amor los une por siempre. Todas las barreras ideológicas, raciales, religiosas y sociales no existen, no tiene poder con esta relación pura y poderosa de amor. Isabel Allende por esta obra merece un inconfundible imprescindible.