martes, 20 de julio de 2021

Cine: Bicentennial Man

Andrew (Robbie Williams), es un robot con un humor especial desde un inicio. Además de mostrar un interés por el mundo que le rodea. Siente compasión, arrepentimiento y ganas de hacer las cosas mejor día a día. Su amor por la música, en un inicio, y su interés por las artes humanas decantan en su sensibilidad, creatividad y amistad. Todo esto lo lleva a tener una individualidad, una anomalía si lo vemos como una máquina. Es único y siente responsabilidad por crecer en sus actitudes y conocimientos.

Su dueño original, el señor Martin (Sam Neill), lo instruye todas las tardes para enseñarle la naturaleza humana y el universo que nos rodea. Junto con la literatura que leía de forma voraz, adquirió un sentimiento, un objetivo: ser libre. Aunque habían pasado años sin que recibiera una orden, él deseaba la libertad, como testimonio de su humanidad que le fue negada en gran parte de la película.

Pasaron los años, logró su libertad, y se enfrentó a la muerte de los que más amaba. Vivió desde la otra vereda como el orden de las cosas hacía lo suyo y lo alejaban de los que más amaba.

Adquirió mejoras como máquina, que prácticamente lo acercaban a ser un humano. Incluso adquirió un sistema nervioso y comenzó a sentir. A no ser tan racional y perfecto. Aprendió a cometer errores y lo principal: a amar de manera humana, con celos, la rutina y la incondicionalidad.

Además nos muestra que Andrew nadó contra la corriente y batalló para ser reconocido como alguien especial desde un inicio. Vivió el rechazo de algunos por su condición, pero él luchó de forma incondicional para lograr sus objetivos y su felicidad. Además de luchar por el amor de su mujer, a pesar de las diferencias y del qué dirán de una sociedad cerrada a este tipo de relaciones. Incluso rehusó a su inmortalidad por ese amor. No al deseo de ser considerado humano, sino de no poder soportar estar con la mujer que amaba por la eternidad.

Originalmente la idea de un “Hombre Bicentenario”, nació de Isaac Asimov, como un cuento que hablara de un hombre que vive los doscientos años de la independencia de Estados Unidos. Él jugó con este título y nos relató la vida de un ser artificial que poco adquirió cualidades humanas en sus doscientos años de vida. Tanto fue el éxito de este cuento que adquiere el tinte de novela años después, titulado “El Hombre Positrónico”, junto al novelista Robert Silverberg, que amplió mucho más esta historia con sus personajes y trama.

Desde esta novela se cuelga esta película que fue estrenada en 1999, dirigida por Chris Columbus y que en un tinte de cine familiar, con humor, ironía y momentos de melancolía, nos entrega la vida de este robot que viaja a ser androide hasta lograr su humanidad. Robbie Williams hace de las suyas, como siempre, con su humor desde los inicios cuando personificó al robot y la perseverancia de ser reconocido como ser humano. En sus más de dos horas de duración vemos la evolución del personaje y de la sociedad humana. Nos deja esas interrogantes sobre la inmortalidad y el papel del amor como vehículo de crecimiento y de toma de decisiones importantes para el ser humano. Película entretenida, bien estructurada, con momentos de humor, romanticismo y melancolía. Recomendable de ver y disfrutar.

Tráiler:


Título: Bicentennial Man
Año: 1999
Director: Chris Columbus
País: Estados Unidos
Idioma: Inglés
Subtítulos: Inglés
Formato: DVD
Calificación: Recomendable